Solo un escritor del olfato y la maña de Lluís Lort es capaz de sacar todo el jugo a uno de los sectores con más potencial para desarrollar los mejores thrillers actuales: el inmobiliario. El autor se centra en un chanchullo en torno a una vivienda en el centro de Barcelona para airear los trapos sucios de un panorama en el que la vida humana vale mucho menos que el metro cuadrado.